San Luis, cuna de un toxodon, un animal que pisó la provincia hace miles de años
Estudiantes y docentes de la Universidad Nacional de los Comechingones hallaron parte de la mandíbula y dientes del ejemplar. Su descubrimiento fue publicado en una prestigiosa revista científica.
Por Leonardo Kram
San Luis fue cuna este año de un hallazgo arqueológico único de la mano de estudiantes y docentes de la Universidad Nacional de los Comechingones (UNLC). En Paso de las Carretas, a 50 kilómetros de la capital, hallaron restos de un toxodon un animal de características similares a un rinoceronte. El descubrimiento llegó a las páginas de “Taylor & Francis”, una de las revistas de paleontología más importantes del mundo.
Para este hallazgo hubo múltiples factores que confluyeron, siendo los más importantes el apoyo a la investigación por parte la casa de estudios con base en Villa de Merlo y el esfuerzo y trabajo de campo de los docentes Manuel Gontero-Fourcade y Walter Coria y los estudiantes Ignacio Duhalde y Agustín Alaniz.
A su vez se contó con la experiencia de científicos por fuera de la UNLC, como lo fue el caso del doctor Jorge Chiesa, del departamento de geología de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) y Esperanza Cerdeño del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales, dependiente del Conicet. Por último, hizo sus aportes la doctora Gabriela Schmidt.
“Siempre digo que tenemos suerte, sabemos donde buscar, tenemos expertos, sabemos cómo medir, pero en cuatro años de expediciones encontramos cuatro cráneos y tenemos diez hallazgos”, comparó Gontero, director del proyecto de investigación.
Paso de las Carretas cuenta con una formación que pertenece al Neógeno, escala temporal geológica que va de entre los 23 y los 2,6 millones de años atrás. “No es propiamente un afloramiento, es un estrato (capa donde se dividen los sedimentos) que en vez de estar enterrado está a simple vista”, explicó el científico.
Esta salida exploratoria fue financiada por los proyectos de investigación internos de la UNLC y cuenta con la particularidad, que a diferencia de otras instituciones, se trató de un proyecto prospectivo. Comúnmente, las instituciones suelen financiar salidas una vez que ya se hayan detectado hallazgos, pero en este caso se financió con el fin de formar paleontólogos.
El hallazgo, puntualmente de un segmento de mandíbula superior con algunos dientes del animal, fue identificado en los márgenes de un lago en la zona. El trabajo para extraerlo llevó tres días. Aquí fue importante la colaboración de Chiesa. “Fue un rescate, si dejábamos pasar el tiempo el lago subía y se llevaba todo”, detalló Gontero.
“Nosotros conocíamos la estratigrafía del lugar, pero identificar que especie era con tres dientes y un pedazo de mandíbula era un trabajo muy complicado”, explicó el director del proyecto. Por esto decidió contactar a Cerdeño del IANIGLA, quien es experta en toxodontidae.
Toxodonte significa diente curvo y si le cabe alguna comparación actual, el animal era parecido a los rinocerontes. La pieza encontrada ahora forma parte de la Colección de Historia Natural de la UNLC.
Estos animales se extinguieron hace 50.000 años atrás, pero el neógeno ocurrió hace 20 millones de años. Por esto Cerdeño pidió un nuevo estudio, llamado estratigrafía, que consiste en la descripción de los estratos, que son las capas de sedimento de las formaciones geológicas.
Los resultados de este segundo estudio confirmaron que este toxodon en particular apareció en el estrato del neógeno. “Toxodon es una familia, para dar un ejemplo es como cánido, a la que pertenecen los perros y los lobos”, explicó Gontero. Su importancia radica en que modifica la perspectiva de las eras en las que vivieron los toxodontes.
Otra colaboradora del proyecto, Schmidt, interesada por el fósil, limpió, junto a un técnico paleontólogo, las piezas de una manera precisa para poder hacerle medidas exactas y realizarle un juego de filogenia. Este es otro estudio que consiste en la comparación de los caracteres de la pieza en una base de datos para determinar semejanzas con otros ejemplares.
El resultado arrojó que la mandíbula hallada forma parte de la especie “Ocnirotherium. Intermedium“, que tiene semejanzas con otro ejemplar hallado en Venezuela. “Esto empezó siendo un trabajo pequeño en el que íbamos a describir que encontramos este espécimen y terminó transformándose en un paper gigantesco”, aseguró Gontero.
El descubrimiento motivó al docente a enviar el trabajo a la revista Taylor & Francis, con sede en el Reino Unido. Esta revista está en la categoría Q1, un indicador del llamado SCImago Journal Rank (SJR) que mide el nivel de influencia de las revistas en sus campos de investigación. El Q1 es equivalente a un impacto del 75% respecto a otras publicaciones en el mismo campo.
La presentación del paper fue el 27 de abril de este año y su publicación el 14 de julio, dos meses y medio después, ya que hubo varías idas y vueltas entre los autores y los editores de la revista. “Esto nos va a traer muchos beneficios porque la UNLC ya realiza investigaciones paleontológicas de alto nivel científico”, aseguró.
“Una cosa es dar clases y otra cosa es hacer paleontología y eso es muy interesante en una universidad donde recién arrancamos con investigación”, agregó.
Los proyectos de investigación internos de la UNLC están integrados por un director, un profesor ayudante y los estudiantes. El equipo docente fue conformado por un biólogo y un geólogo, ya que escasean los paleontólogos formados y eso es justamente lo que impulsa la casa de estudios.
El aporte de los estudiantes Ignacio Duhalde y Agustín Alaniz también fue clave, ya que estuvieron en todo el proceso, desde el rescate del fósil a su investigación y la elaboración del artículo. “Esto es un logro, no es común que los estudiantes tengan sus nombres publicados en articulo, les da una competitividad enorme en el campo de estudio, y la Universidad de Los Comechingones tiene esta intención”, destacó el docente.